¿Qué significa “intolerancia a la fructosa”?

La intolerancia a la fructosa es la incapacidad de absorber cantidades significativas de fructosa. La fructosa se encuentra mayoritariamente en las frutas, verduras, refrescos azucarados, productos dietéticos y como edulcorante.

Una vez ingerida se absorbe en el intestino delgado. Cuando por algún motivo el cuerpo no puede llevar a cabo dicha absorción, se pueden producir molestias intestinales que, aunque no son peligrosas, pueden llegar a ser muy desagradables.

 

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas varían en función de cada persona y de la cantidad de fructosa que haya tomado. Los más comunes son: náusea, hinchazón y dolor abdominal, gases, retortijones y diarrea, que suelen aparecer entre unos 30 minutos hasta varias horas después de haber ingerido productos con fructosa.

 

¿Cómo puedo controlar la intolerancia a la fructosa?

Las frutas y verduras son componentes muy importantes en la alimentación diaria por su rico contenido en fibra y vitaminas.

Afortunadamente, la intolerancia a la fructosa es relativamente fácil de tratar, puesto que los síntomas pueden ser controlados mediante la dieta.

Generalmente pueden ingerirse pequeñas cantidades de fructosa dentro del rango de tolerancia individual si se reparten en varias tomas a lo largo del día.

La fructosa se tolera mejor si se la acompaña con otros alimentos en lugar de tomarla aislada como bebida o tentempié.

La siguiente tabla le ayudará en la elección de los alimentos y de la cantidad que deberá tomar para evitar en lo posible las molestias, es conveniente que tenga en cuenta que para el test de tolerancia ha tomado 25 gramos de fructosa. Para facilitarle la utilización de dicha tabla hemos dispuesto los alimentos ordenados por cantidades crecientes de fructosa.